El viento frío de diciembre me recorre el cabello mientras espero sentada en esta acera, la misma de tantos años, la misma que me ha visto llorar tantas veces. Un árbol en esta acera me habla, me cuenta de su frío y sus tristezas, se parece tanto a mí! Acá estamos, abrazados en esta selva fría y muerta, llorando nuestros males y celebrando nuestros sueños... Somos tan poca cosa! El viento nos sopla en la cara y silva burlándose de nosotros, pero ya no nos importa... si negativo y negativo se anulan, tristeza con tristeza también. El frío interno empezará a desaparecer, seguiremos siemdo poca cosa,también seguiremos soñando, pero ya no estoy sola ni está solo, ahora somos dos abrazados, hablando, cantando, soñando...