13.6.09


Alguna vez le asustó la soledad; pero ya no más, se acostumbró a su fría compañía.

Decidió solo vivir, olvidarse de luchar en su contra, decidió simplemente vivir, dejar atrás la lucha vana de perseguir una felicidad inalcanzable.
Se dió cuenta de que es más fácil sobrellevar el día a día, compartiéndolo con las tristezas que le llueven como si fuera un campo abierto...
Aprendió a atrapar las sonrisas que se quieren escapar de camino...
Aprovecha y guarda cada pedacito de cariño que toca su piel y a veces su alma...


Está bien.
No es feliz, pero está tranquila.

Aunque de vez en cuando vuelve a escuchar las voces en su cabeza...